Durante mi corto tiempo recorrido han sido muchas las experiencia vividas, unas veces triste otras dolorosa pero mi padre Celestial se ha encargado de que dia a día yo sea una de sus miles de siervas. Me ha enseñado que no sólo estamos para sufrir y caer, sino que detrás de esos sufrimientos lleguen millones de bendiciones que tan sólo hecho de contárselo a los demás mis ojos se rebosan de felicidad. Gracias padre por mi bella familia, mis padres mis amigos, pero de forma especial, gracias los que me aceptan como soy y ayudan a ser cada día mejor. Dios nos bendiga fin y siempre.